Los primeros años del convento La reina viuda dirigió personalmente el convento hasta su muerte, en el 968. Las abadesas que la sucedieron fueron también miembros influyentes de la familia real, y se encargaron de fundar un gran número de conventos en la región de Sajorna. Cuando en el 994 el joven Otón III accedió al trono con tan sólo catorce años, otorgó al convento, dirigido en aquel momento por una de sus tías, el privilegio de los derechos de mercado, moneda y aduana. Hasta su clausura en el año 1803, el convento ejerció como importante centro neurálgico de la región.