Arquitecto y teórico Cuando, durante el Renacimiento medio y tardío, la Toscana perdió su papel rector en el campo de la arquitectura, fue relevada por Roma y algunas ciudades del norte de Italia. Ésta fue la época que le tocó vivir a Andrea Palladio. Y en toda Italia no hay una ciudad cuyo diseño urbanístico y trazado de calles esté tan marcado por la creación de un único arquitecto como Vicenza. En el casco antiguo de esta ciudad aún pueden admirarse más de dos docenas de edificios proyectados, en su totalidad o en parte, por Palladio, aunque tres de ellos se encuentran fuera de las murallas de la ciudad. Desde el siglo XVI Vicenza está atravesada por el Corso Palladio, la arteria principal de la ciudad, enmarcada por palacios góticos y renacentistas. Tanto aquí como en las calles adyacentes abundan las construcciones de Palladio y de sus discípulos. Vicenza, que se denomina asimismo con orgullo «Ciudad de Palladio», posee el mayor número y las obras más importantes del genial arquitecto, así como de sus sucesores, Vincenzo Scamozzi (1552-1616) y Ottone Calderari (1730-1803). Si el libro de Palladio L’Antichità di Roma (1554) se convirtió al poco tiempo en obra imprescindible para los visitantes de la ciudad, su obra I Quatro Libri dell’Architettura, publicada en 1570, fue lectura obligada para todos los arquitectos principiantes de la época. En la primera parte Palladio establece las reglas básicas de la arquitectura, mientras que el segundo tomo está dedicado a las viviendas. A pesar de que él mismo no respetó siempre las normas emanadas del estudio de las edificaciones antiguas, sí se esforzó por acercar la planificación de sus edificios a la estructuración básica de la Antigüedad. Palladio fue el arquitecto más destacado del Renacimiento medio, está considerado el precursor del estilo que se ha denominado «palladianismo», y ejerció una influencia duradera en la arquitectura de otros países, como Holanda, Francia e Inglaterra.